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Editorial
Las autoridades de la Policía Nacional encargadas de prevenir y combatir los ruidos que se producen en nuestras calles y avenidas, que contaminan el ambiente y afectan la salud acústica de los dominicanos deben ampliar su radio de acción
Hemos llegado a creer que solo colmadones, discotecas y establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas, son los responsables de producir estos graves daños a la salud ambiental.
Este criterio constituye un grave error que hay que enmendar.
Cada día aumentan en las calles, la cantidad de vendedores informales que utilizan triciclos, camionetas y las conocidas plataneras, auxiliados de alto parlantes y bocinas con grabaciones, promoviendo los productos que expenden.
Sabemos, que el Departamento Anti-Ruidos de la Policía Nacional ,tiene el objetivo de preservar la paz y la seguridad ciudadana, pero deben ampliar su radio de acción hasta llegar a vendedores informales que no solo afectan la salud de los dominicanos, sino que están obstaculizando la docencia virtual de niños y jóvenes en los hogares.
El Departamento Anti-Ruidos de la Policía Nacional, no puede hacer oídos sordos a esta problemática.
La ciudadanía demanda una rápida actuación.
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